La Verdadera Voluntad

La «Verdadera Voluntad» es un concepto central en Thelema, que nos habla del propósito esencial y auténtico de cada individuo.

Pero desafortunadamente, la pretensión de universalidad de Thelema ha resultado un tanto problemática. La “Verdadera Voluntad” se ha convertido en uno de sus conceptos más diluidos y vulgarizados, en ocasiones poco más que una superficialidad propia de la Nueva Era: ¡averigua lo que te gusta y dedícate a ello! Sin duda que muchos thelemitas mantienen una práctica rigurosa, pero estos problemas son inevitables si se adopta Thelema sin poner en el centro su aspecto iniciático.

La “Verdadera Voluntad” va mucho más allá, y aunque los ejemplos proporcionados por Crowley en ocasiones parezcan mundanos, no se reduce a que en algunos nuestro gozo esté en ser músicos, y en otros en la fontanería.

Uno encuentra también a veces a thelemitas un tanto angustiados; ¿estaré haciendo perfectamente mi voluntad?. A lo que tienta responder; ¿conoces a tu Sagrado Ángel Guardián? ¿No? Entonces no es posible. O al menos no del todo. Así que no es necesario obsesionarse. Es positivo que trates de alinearte con lo que realmente quieres, pero descubrir y hacer tu “Verdadera Voluntad” necesita paciencia, pues no será realmente posible hasta haber desmontado tu ser en gran medida. Porque esa “Verdadera Voluntad” no es tuya, es la de tu Sagrado Ángel Guardián, la de tu yo inconsciente.

Es decir, que a pesar de que sea un tema tan central en Thelema, no debería ser muy preocupante hasta haber alcanzado el Conocimiento y Conversación del Sagrado Ángel Guardián. Hasta entonces, pueden si acaso obtenerse vislumbres sobre aquella voluntad.

Entrar en lo que es el Sagrado Ángel Guardián llevaría otro artículo y quizá hasta un libro, pero para deshacernos del problema por el momento, digamos que es el Yo más interno, que los teósofos llaman el “Yo Superior”, Jung el Sí-mismo, o la Orden Hermética de la Aurora Dorada el Genio. El término de “Sagrado Ángel Guardián” o SAG, proviene de un grimorio medieval conocido como “El Libro de Abramelín”, aunque Crowley no vaya a concebirlo literalmente como un ángel enviado por Dios. Para hablar de Verdadera Voluntad, nos bastará entonces con decir que no emana del ego, sino de esta entidad.

Algunas referencias en Crowley

«Haz tu Voluntad» golpea sobre él, un rayo de feroz llama blanca consumiendo todo lo que no es completamente Dios” – Liber ABA.

Crowley elabora particularmente toda esta cuestión en su Liber II (El Equinoccio, Vol. I, Nº3), donde establece la Voluntad en el centro de su sistema y afirma que los hombres son como estrellas, tal que si cada uno hiciera su Verdadera Voluntad, nadie chocaría con la órbita de otro. Afirma también que “‘Haz tu voluntad’ no significa ‘Haz lo que quieras’. Es la apoteosis de la Libertad; pero es también el vínculo más estricto posible”, puesto que no depende del ego, sino que consiste en seguir el curso natural de la estrella personal, del Ángel. “Pues su Ángel es una imagen inteligible de su propia Verdadera Voluntad”, indica en su comentario a su ritual Liber Samekh.

Esta voluntad, continúa explicando en el Liber II, no ha de adherirse a un objetivo. Dice El Libro de la Ley I.44, “Porque la voluntad pura, desprovista de propósito, liberada de la lujuria del resultado, es perfecta en cada aspecto”. Este “desprovista de propósito” implica no saciada, carente de la satisfacción que supone un propósito, desapegada de sus resultados mundanos.

Crowley afirma que si la Voluntad no fuera de este modo, surgirán obstáculos. Indica en Liber ABA, que “Un Hombre cuya voluntad consciente está en desacuerdo con su Verdadera Voluntad está malgastando su fuerza. No puede esperar influir eficazmente en su entorno”, y que “Un hombre que está haciendo esta Verdadera Voluntad tiene la inercia del Universo para ayudarle”.

Pero en mi experiencia personal creo que aquí hay que matizar un poco al autor, pues esto es algo que tiene lugar mucho más notablemente después del Conocimiento y Conversación. Antes de haberlo logrado, con un inconsciente formado por componentes desordenados y a menudo contradictorios, la desconexión entre los deseos y acciones personales y la Verdadera Voluntad no se interpone en el camino del mago con la misma eficiencia, como un muro que surgiera de la nada para frustrar cada uno de sus pasos errados; es cuando el inconsciente está lo bastante limpio como para dejar paso a su yo más interno que puede frustrar al adepto de manera mucho más sistemática.

Y al mismo tiempo, el iniciado verá cómo a medida que los años le acercaban a las profundidades del inconsciente, la voluntad de su Ángel le ha guiado, sin darse cuenta, hasta donde ahora se encuentra.

La Verdadera Voluntad y el “wu wei”

“La verdadera voluntad no tiene objetivo; siendo su naturaleza la de Ir” – Liber V vel Reguli

La propuesta de Crowley en realidad se parece mucho al “wu wei”. El mago debe aprender a actuar en sintonía con el flujo de los eventos naturales. Pero quizá el matiz más importante que distingue a Thelema del taoísmo en este aspecto, es que mientras que este último adjudica estos ritmos a la propia naturaleza, Thelema pone el centro en el individuo. Es decir, no se trata de una voluntad colectiva del universo a la que adaptarnos, sino de una voluntad individual que cada estrella (“Todo hombre y toda mujer es una estrella”, AL I,3) debe descubrir en sí misma para seguir así su curso apropiado. Esta voluntad individual se adaptaría de manera natural al orden cósmico hasta tal punto que si todos hiciéramos nuestra voluntad, nuestras órbitas no chocarían.

Este particular “wu wei”, en el que uno actúa a través del sendero que le resulta natural, no es un “no hacer nada”, sino actuar sin forzar, o “hacer sin hacer”. El mago debe aprender a que sus acciones se originen desde un centro de calma y resonancia, y no desde el control o la compulsión. En lugar de intervenir activamente, se convierte en un observador y un participante que actúa solo cuando las circunstancias son propicias y se mantiene en quietud cuando no lo son. Lo cual no es sencillo, pues implica el desafío de interpretar la voluntad divina en contextos mundanos, mediante una sensibilidad extrema y junto a una confianza absoluta en la intuición guiada por el SAG, que al bloquear los senderos erróneos le está indicando al adepto el camino que está en sintonía con su propósito más profundo, y el que no lo está.

¡Y también, para hacer las cosas más difíciles, estos bloqueos van a indicarle que está actuando sin esa naturalidad, sin el necesario desapego hacia el resultado!

En todo caso, la idea de que el esfuerzo genera resistencia y que el mago debe aprender que su Verdadera Voluntad está allá donde se desliza sin oposición, solo es totalmente cierta para el adepto en contacto con su Sagrado Ángel Guardián. La etapa previa, en la que busca ese contacto interior en el Conocimiento y Conversación, es precisamente la acumulación de un esfuerzo consciente, necesario para purgar el ego. Es decir, la acción alineada necesita un trabajo previo.

¡Averigua tu Voluntad y llévala a cabo!

Crowley resumió así su mensaje, “Debes (1) Encontrar qué es tu Voluntad, (2) Hacer esa Voluntad con (a) unicidad, (b) desapego, (c) paz”. Es un mensaje positivo en general para la vida; está bien que te dediques a la música aunque tu familia quiera que te dediques a ser contable, e incluso puede que así estés haciendo tu Voluntad sin saberlo. Pero hay un paso más, al que nos apunta “Magia(k) sin lágrimas” cuando Crowley indica que para lograr esto, “Todo hombre debería hacer de la Magia la nota clave de su vida”, y pone como ejemplo al banquero que, metido a mago, descubre el motivo que le llevó a elegir semejante profesión.

Es decir, más allá de que lo que uno hace coincida con la Verdadera Voluntad, conocerla en su plenitud requiere el acceso a los niveles intuitivos de la psique, la mente intuitiva que se abre con el Conocimiento y Conversación del SAG.

Pero mientras uno llega hasta allá queda una puerta entreabierta, y es que se puede hacer un análisis de la vida propia y ver qué es lo que, a lo largo de los años, parece desarrollarse con más facilidad y naturalidad. Así, es posible vislumbrar la Verdadera Voluntad mediante introspección.

También podemos prestar atención a las sincronicidades. Esto último es factible especialmente una vez superada la primera gran Iniciación en la que uno se encuentra con la expresión del Ángel en lo exterior (el Alma del Mundo, la realidad viva, la intersección entre el astral y el mundo de los cuatro elementos), aunque también requerirá del desarrollo de la capacidad práctica para distinguir entre lo que es una sincronicidad (esto es, un mensaje del Ángel), y lo que es una mera coincidencia.

2 comentarios en “La Verdadera Voluntad”

  1. Muy esclarecedor .. además habría que leer varias veces algunos de los escritos..de Crowley..no una lectura superficial.. entonces..las preguntas serán más fácil responder…. Lo digo desde mi experiencia.. saludos

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